“Movidos  por  el  Espíritu  a  seguir  a  Jesús  pobre, siervo y sufriente, los miembros de la Comunidad por vocación específica se comprometen a compartir directamente la vida de los últimos; o sea, poniendo la propia vida con la vida de ellos, encargándose de su situación”

Es de esta vocación que, en 1973, nació la primera casa familia en Coriano. Para responder mejor las necesidades de los más pobres, en especial de aquellos que a pesar de estar en dificultad no vienen a buscarnos, fiel a su vocación, la Comunidad Papa Juan XXIII se cuestiona siempre acerca de nuevas formas de compartir directo. Por esta razón, en estos años se han concebido e implementado otras estructuras, diferentes de la Casa Familia.

En más de 35 años de experiencia también ha creado otras  500 realidades de acogida en Italia y en el resto del mundo. Para llevar a cabo esta obra, ha creado 26 personas jurídicas y reúne cada día 41.000 personas alrededor de su mesa.